De los secretos que han surgido en cuarentena, descubrí una carta, escrita hace dos años, para nunca entregarla a su destinatario: un gitano. Un dios esporádico que me cambió la vida y que hoy merece salir para borrarse de los recuerdos del mundo.
De los secretos que han surgido en cuarentena, descubrí una carta, escrita hace dos años, para nunca entregarla a su destinatario: un gitano. Un dios esporádico que me cambió la vida y que hoy merece salir para borrarse de los recuerdos del mundo.