Hoy quiero contarte que mi casa, de desierto, pasó a ser jardín; que las plantas que quedaron tras tu ausencia, para las que no dejaste instructivo, han aprendido también, a vivir sin ti.
Autor: Carmen Soledad
Cómo sobrevivir a los primeros 150 días de tu muerte
En cuanto escuches las palabras “Está muerta”, tiembla, cae al suelo y grita. Repite 3 veces: ¡Está muerta! Advertencia: El eco no desaparece.
Uno
Me gustaría poder reclamarte, enojarme haciendo acopio de todo este dolor que siento y exigirte una despedida. Pero dime, ¿hacia dónde dirijo mis reclamos? ¿Que se los lleve el viento? Tal vez así mezan tu cabello, siempre trenzado.
Confesiones de una experta en cuidar a otras personas, no tanto cuando se trata de permitir que otras la cuiden
El acto de cuidar, como maestría, el acto de ser cuidada, como locura. Rebelarse ante los mandatos del pasado, pedir ayuda, sabiendo que llegará a caudales. Permitir que el río entre en casa, que serene el incendio que asedia, que se lleve las cenizas, que un día tuvieron la osadía de ser cimientos.
28 de diciembre
Hoy hay Luna Llena. Ella, para mí, es un recordatorio: todo pasa. La vida es un ciclo que se repite infinitamente. Y, como tal, suele llevarnos a inicios poco deseados, a inicios que tienen un sabor amargo, nostálgico e inclusive a derrota.
In memóriam
A Isabel Villanueva, mi abuelita, -ita, con ese diminutivo que, para ella, denotaba cariño.
27 de octubre de 2020
Creo que mi expectativa radica en que Agridulce pueda ser luz, barco, puente… vida, para quien así lo necesite, sabiendo que ha sido el mío.
14 de enero de 2020
En cuanto recibí su mensaje, temblé. Me gustaría negarlo, decir que no me dolió, decir que seguí con mi vida como si él no estuviera escribiéndome, pero estaría mintiendo. Accedí a verlo, a tener esa conversación que tantas veces imaginé en mi mente.
Que quede un agridulce vestigio…
Que quede un agridulce vestigio, del año en que quise morir pero no lo hice.
Tengo un poema en mi cuerpo
Tengo un poema en mi cuerpo, o tal vez mi cuerpo es el poema, o tal vez mi cuerpo es una metáfora, ante la imperante necesidad que tengo, de apropiarme, de hacerme mía, de habitarme y reclamar mi vida.