Poemas

Agridulce comenzó, en mi mente, siendo poesía.

En el camino, sin embargo, puesto que siempre reconocí que tenía vida propia, dejé que fluyera y cambiara de forma.

Se convirtió entonces en breves descripciones de lo que he vivido, en pedazos escritos de mi historia.

En varias ocasiones se ha pronunciado ante mí como aquel día, exigiéndome que lo deje ser: que si es un texto, una frase, un poema… que sea lo que pueda, o incluso que no sea.

Hay días en los que es un desierto que no rinde frutos, que me aleja de la escritura como si jamás nos reecontraremos.

Otros, en cambio, es más bien un río que fluye y permea a través de mis dedos.

Hoy, Agridulce quiere ser poesía.

Así que… no me queda más que honrarlo y honrar lo que siento, que sea lo que es hasta que un día ya no sea.

Hay días en los que el cuerpo es agua

Hay días en los que el cuerpo se derrumba, bajo el caudal del río; bajo la agitación del mar; bajo el desequilibrio de la tempestad; bajo el grito de la tormenta… el cuerpo cae, el cuerpo tiembla, el cuerpo llora, en un agridulce encuentro de emociones.

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